Alguien dijo allá por 1992, que en España aunque se estaban triplicado el número de orquestas no existía una tradición de cultura de orquesta y que aún estábamos muy lejos de países como Alemania. Explicaba que este fenómeno era como si en Alemania decidieran abrir 20 plazas de toros, aunque los alemanes tuvieran plazas de toros, no sabrían cómo gestionarlas y sacar el máximo partido debido a la falta de tradición.
Pasados 25 años ésta parece haber sido una predicción acertada. Se han cometido errores por desconocimiento, por falta profesionalización, especialización y por otras muchas causas que tenían que ver con el conocimiento que otorga la tradición y la experiencia. Por suerte cada vez el nivel profesional de los distintos puestos de una orquesta (incluidos los músicos) es mayor, y comenzamos a conocer exactamente lo que llevamos entre manos. Una de las enseñanzas de estos últimos años ha sido el conocer los riesgos para la salud de esta actividad.
La actividad del músico en una orquesta o banda profesional es susceptible de ocasionar trastornos que sin ser de naturaleza física pueden causar daño en su salud. Dicho trastornos pueden llegar a materializarse en dolencias o lesiones de tipo somático o psicosomático. Sin llegar al ámbito físico, pueden ser muy perjudiciales para la salud en su vertiente psíquica y social de los trabajadores.
Los factores de riesgo de una actividad son situaciones o procesos que potencian la probabilidad del riesgo. La actividad de los músicos y de los que trabajan con ellos, en orquestas y bandas profesionales, contiene gran cantidad de factores de riesgo sobre los que se necesita actuar para minimizar el riesgo.
Todos tenemos claro que la actividad de un minero, en el interior de una mina, tiene un claro peligro para sus pulmones, pero no parece que tenemos tan claro que la actividad de un músico tiene factores de riesgo para su salud mental y para la salud mental de los que con él trabajan. Esta es una asignatura pendiente, la concienciación de los peligros de esta actividad.
La carga mental es uno de los principales factores de riesgo de esta actividad. Otros factores son la calidad de las relaciones personales, la efectividad de la comunicación interna, la previsión y organización del trabajo la sistematización de procesos, el perfil psicológico de los trabajadores y alguno más.
Los principales riesgos a los que están expuestos los músicos y los que con ellos trabajan son:
Estrés.
Violencia.
Acoso laboral.
Acoso sexual.
Inseguridad contractual.
Burnout o Desgaste profesional.
Conflicto familia-trabajo.
Trabajo emocional.
El coste de estos trastornos en cuantía económica es muy considerable, tanto para la empresa como para el Instituto Nacional de la Seguridad Social y para mutuas de trabajo. Un estudio estima que solo en 2004 el coste generado por incapacidad temporal debido a enfermedades laborales como el estrés, la depresión o la ansiedad ascendía a 1.676.518.835 €.
Ya existen diferentes orquestas en España que realizan de manera sistemática acciones de formación dirigidas a minimizar los factores de riesgo psicosocial. El perfil de gestores y músicos responsables, con gran especialización en la actividad ha llevado a realizar este tipo de acciones y otras.
Los resultados de estas acciones no solo repercuten en la minimización de riesgos sino en la construcción de una atmósfera de trabajo saludable y por lo tanto en una mejora de la calidad artística de la institución.
Fco Fermin Galduf Cervera. (Coach y director del Instituto Gabou)